Descripción
Nueva York es una ciudad muy exigente. Todo el mundo camina con una dirección, un objetivo. La gente se desplaza sin ningún tiempo que perder, ya pensando en su próximo movimiento. Nueva York, o te mueves o te traga. Utilizo mi cámara como excusa para pararme y pensar. Trato de ver qué hay detrás de esa gente que forma el todo. No conozco sus historias, no les pregunto su nombre, no les pido permiso para fotografiarles. No quiero dar a nadie la oportunidad de pensar cómo van a mostrarse ante la cámara, me interesan tal y como son. Mi fotografía es espontánea. Solo dispongo de unos segundos entre que veo la foto en mi cabeza y presiono el botón. Es por esto por lo que no podría hablar de un método concreto para pasar del concepto a la creación. Visualmente, creo toda imagen que vemos, ya sea en el cine, ojeando revistas, o yendo a museos, deja una huella en nuestro subconsciente. Tal vez en forma de imagen, tal vez en forma de emoción. Considero que de aquí, del subconsciente, es de donde puede venir la inspiración a la hora de hacer street photography.
Alex Contell, 1985.
Nace y se forma en Valencia, España. Graduado en Comunicación Audiovisual, su fotografía denota sus inquietudes cinematográficas que fueron las que le impulsaron al mundo de la comunicación donde finalmente encontró en la cámara su herramienta para desarrollar su lenguaje. Desde hace dos años trabaja en Nueva York, donde ha desarrollado su labor como street photographer. Recorriendo las calles con su cámara, no busca captar lo que sucede en la ciudad sino que lo lleva a un lugar propio donde son los personajes que forman la gran manzana, los que narran la historia. Con su habilidad para camuflarse entre la multitud y retratar, consigue capturar situaciones que nos invitan a reflexionar, dejando al espectador una ventana a la imaginación para que éste complete la historia. Son muchos los que se lanzan a la calle con la cámara, lo que distingue a Contell del resto, es la naturalidad que desprende la primera lectura de la imagen, pero es en la segunda, cuando el espectador descubre las historias que esconden cada una de ellas, lo que invita a detenerse a observar cada una de las fotografías y genera un diálogo visual totalmente alejado de la obviedad. Su personalidad se ve reflejada en su fotografía, de espíritu tranquilo y siempre alejado de los prejuicios. Son estas cualidades las que le permiten ser el cazador perfecto y dejar que cada personaje cree su propia escena. El escenario son las calles y Contell es el narrador que nos acerca a una realidad distinta, que atrapados en una sociedad individualista, pasamos por alto muy a menudo.
– Laura Ivorra, fotógrafa.